Mi historia 2da. Parte:


Seres Versus Teneres tiene su sede en Marcos Paz, lugar muy importante para mí.  Al mes de haber nacido ya estaba pasando mis vacaciones allí al igual que todos los fines de semana de mi vida, en una casa llamada “Nana”,  construída por mi abuelo hace aproximadamente 70 años en el barrio La Trocha de Marcos Paz. “Nana” se llamaba porque de esa manera mi abuelo llamaba a mi abuela. 

Luego del fallecimiento de mis abuelos, esa misma casa pasó a ser mi hogar durante los dos primeros años y medio de vida de mi hija Chiara.  A raíz de mi separación, en 2006, me mudé nuevamente a Capital y aquella casa que fue testigo de mi infancia, adolescencia y parte de mi adultez, depósito de infinidad de vivencias y emociones,  al poco tiempo fue vendida. En ese momento la luz del proyecto social propio se encendió en mi cabeza. El cartel que daba nombre a la casa y lucía en la entrada fue rescatado por mi compañero de vida, Horacio, antes de que los nuevos dueños tomaran posesión. Me lo entregó para que lo guardara  con la intención de que en un futuro diera nombre al proyecto.

Comencé a plasmar sobre un papel el proyecto de un Centro de Día que se asentaría sobre uno de los terrenos linderos a aquella casa. El centro de día “Nana”, pasaría a ser entonces el primer proyecto de la Asociación Civil Seres Versus Teneres.

"𝑵𝒂𝒏𝒂" fue el cartel que, durante más de 70 años, se lució en la entrada de una casa del barrio La Trocha de Marcos Paz, provincia de Buenos Aires. 

"𝑵𝒂𝒏𝒂" fue el nombre de una casa del barrio La Trocha de Marcos Paz, en honor a la esposa de su dueño y constructor. 

"𝑵𝒂𝒏𝒂" fue una abuela, una madre, una mujer, pilar emocional de una familia. 

"𝑵𝒂𝒏𝒂" es una mesa larga con varios platos, calor de hogar, ronda de mate, un abuelo que llena de luces de colores el pino del jardín para recibir la Navidad, partido de futbol entre primos y amigos, la pasta o el asado de los domingos, juego de bochas, bicicleteada con hermanos, veranos enteros en una pileta pelopincho, cabalgata con un padre, juego de mesa con tías y abuelas donde se aprende a respetar las reglas, a ganar y a perder. 

"𝑵𝒂𝒏𝒂" es historia, es familia, son raíces, valores, son las bases, es abrazo, es levantarse luego de cada caída. 

"𝑵𝒂𝒏𝒂" es todo aquello que puede dar sostén, seguridad, amor, contención a un pibe… 

"𝑵𝒂𝒏𝒂" fue un cartel que estuvo guardado como un tesoro y hoy luce en la entrada del futuro Centro de Día, dándole su nombre.

¿Por qué “Seres Versus Teneres”?

En 2009 participé de una charla que dio un suizo llamado Toni Rutiman.  Es un hombre que a los 17 años decidió dejar su confortable vida en los Alpes Suizos para dedicarse a construir puentes colgantes  que conectan comunidades en estado de vulnerabilidad, separadas por grandes ríos.  Su único capital es una valija con ropa con la que se traslada a los distintos países donde lleva a cabo sus obras.  El final de su charla la culminó diciendo que los hombres debemos empezar a aprender a ser Seres Humanos y no Teneres Humanos.  Aquella frase me inspiró al momento de pensar un nombre para la ONG que estaba naciendo en aquel entonces.

¿Mis expectativas?

No espero que cambiemos el mundo ni el país con este proyecto, prefiero ser más cauta en este sentido. Simplemente apunto a que la comunidad beneficiada por nuestros proyectos generen una red conectora y generadora de un cambio cultural, que se focalice en el ser y no en el tener.

Y como dice Paulo Freire, aquí me encuentro caminando con una legítima rabia, con una justa ira, con una indignación necesaria, buscando transformaciones sociales


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