Siete principios para una IA resposable
1-Responsabilidad
social
La
responsabilidad en el uso de la Inteligencia Artificial requiere de regulaciones
efectivas, aceptadas y respaldadas por la sociedad. Es necesario que haya conciencia
en el público, sobre los beneficios y los riesgos de su utilización,
promoviendo la participación ciudadana en la formulación de políticas públicas.
Un uso indiscriminado de la IA podría estandarizar la creatividad humana.
2-Asegurar
la diversidad
Considerar
las perspectivas étnicas, culturales y generacionales desde una aproximación
multi y transdisciplinaria en todas las etapas del desarrollo, para lograr una
interacción multi-empática de la sociedad con los sistemas de IA.
3-Preservar
grupos vulnerables
Los niños,
como usuarios activos de tecnología, deben recibir una atención especial en el
diseño de sistemas de IA para garantizar que no se enfrenten a interacciones
perjudiciales que impacten en su desarrollo cognitivo – emocional, mediante el
reemplazo de vínculos. Igualmente se deberá considerar los desafíos de personas
con capacidades diferentes y edad avanzada, entre otros grupos de usuarios.
4-Control
sobre sesgos de diseño
Como toda
inteligencia, la artificial también tiene sesgos. Sus decisiones resultan
sesgadas por la información de la cultura en la que fue entrenada. Esto puede resultar
en acciones de riesgo operativo y discriminatorio. Expertos multidisciplinarios
deberán trabajar en conjunto para identificar y mitigar estos riesgos, desde el
diseño hasta la implementación.
5-Control
sobre los derechos civiles
La IA puede
tener un impacto significativo en el ejercicio de los derechos civiles, manipulando
la identidad personal y el acceso a las oportunidades.
6-Control
del impacto sobre la salud mental
La IA puede
usarse para identificar y abordar problemas de salud mental, pero por otro lado
la sobreexposición, el reemplazo de vínculos y la consideración de la IA como
fuente universal de conocimiento puede afectar el potencial de la creatividad
humana.
7-Garantizar
la autonomía humana en la toma de decisiones
Los sistemas de IA deben diseñarse para complementar las habilidades humanas, no para reemplazarlas. Esto implica garantizar que las decisiones discrecionales que puedan afectar ámbitos familiares, educativos y legales, entre otros, sean tomadas por seres humanos, que puedan identificar singularidades no reductibles a estadísticas y a predicciones algorítmicas. La diferenciación del rol humano en cada ámbito de decisión respecto de la IA será crucial.
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